martes, 9 de septiembre de 2008

LA JODIDA GOTA


Sí, al final me compré un vaso nuevo... porque el otro que tenía lo rompí un día que me pilló valiente... y vaya! éste se me ha llenado más rápido que el anterior! y de nuevo por esa jodida gota, esa jodida y puta gota a la que odio... esa jodida gota que me ha hecho abrir los ojos a la fuerza y darme cuenta de que, aunque me lo gritaras a la cara mil veces y yo no quisiera escuchar, estoy fuera del juego...
En esta vida a veces se gana y a veces se pierde... y en este caso asumo la derrota y marcho con el rabo entre las piernas.
Silba si un día me necesitas, y acudiré con un vaso nuevo... porque éste... lo he estampado contra la pared de rabia... y está hecho una mierda... como yo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siento cómo te encuentras...
Soy un espectador que se asomó de forma casual a esta tu pequeña ventana.
Me he encontrado alguna vez en tus palabras, que son mucho más que palabras aunque pocos las escuchen.

Sufro viendo que te hace daño el silencio ¿lo imagino?, ojalá.
¿Cual es la diferencia entre amor y amistad? ¿Dónde empieza aquel y termina esta?

Si me hubieran ofrecido tanto...
no sé qué hubiera dicho.
Yo era quien ofreció tanto.
Suerte.
Gracias por tus palabras.

Ernest Miralles dijo...

Los vasos no suelen recomponerse, y a veces, incluso a veces, uno se encuentra con que al romperlo nos regalan una copa de bohemia.

Pero solo a veces

Eva dijo...

En mi caso ni copa de bohemia... ni sonrisas, ni palabras... nada.
Pero gracias por los animos y por leerme.