miércoles, 9 de julio de 2008

LA METAMORFOSIS DEL VAMPIRO



La mujer nos decía con su boca de fresa,

ondulante, acechante, entre sierpe y tigresa,

los senos oprimidos a punto de estallar,

estas palabras que ella dejaba resbalar:



"Yo tengo el labio húmedo y conozco la ciencia

que en el fondo del lecho diluye la conciencia.

Enjuga todo llanto la gloria de mis senos

que hacen reír a los viejos igual que a niños buenos.

Y soy para quien sepa contemplarme sin velos

la luna, y soy el sol, las estrellas, los cielos!

Tan docta soy amando, queridos sabihondos,

cuando un hombre aprisiono en mis brazos redondoso

cuando a sus mordiscos abandono mi pecho,

frágil y libertina a la vez, que en mi lecho,

gustador del deleite que raya en frenesí,

hasta los mismos ángeles se perdieron por mí."

Charles Baudelaire

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